Featured

El despertar de Eva... El Peso Invisible: Carga Mental y Emocional de la Mujer

Las mujeres de hoy no solo enfrentamos las demandas visibles de la vida diaria: trabajo, hogar, familia, relaciones y proyectos personales. También llevamos una carga invisible que muchas veces nadie reconoce, pero que pesa como una losa y es la carga mental y emocional.

Este peso no se mide en tareas domésticas o en reuniones de trabajo, sino en la responsabilidad constante de pensar en todo, prever problemas, recordar fechas importantes, sostener emocionalmente a la familia y asegurarnos de que todo funcione sin fallos. Un peso silencioso que agota, pero que pocas veces se verbaliza.

La carga mental es esa lista interminable de tareas que las mujeres gestionamos en nuestra cabeza: desde recordar que faltan ingredientes para la cena, hasta planificar las actividades escolares de los hijos o incluso encargarnos del bienestar emocional de los demás. Es un trabajo no remunerado que se espera que realicemos sin quejarnos. Y no se trata de que nos quejemos todo el tiempo, sino de que aprendamos a poner cada cosa en su lugar.

Porque a todo esto se suma el agotamiento emocional de ser el soporte afectivo de la familia. Se nos ha enseñado que debemos ser las que escuchan, las que contienen, las que entienden. Pero, ¿quién nos escucha a nosotras? También necesitamos ese mimo, también necesitamos que nos consientan

Desde pequeñas, a las mujeres se nos ha inculcado el rol de cuidadoras. Se espera que pensemos en los demás antes que en nosotras y que seamos las responsables de la armonía, y de un largo etc. Esto, sumado a la presión social y cultural, hace que muchas asumamos esta carga como parte natural de la vida, y lo aceptamos sin más, pero no lo es.

La tecnología también ha intensificado esta situación. Hoy en día, el trabajo sigue en casa a través del móvil, los grupos de WhatsApp del colegio suman responsabilidades extra y las redes sociales generan una presión adicional de mostrar una vida "perfecta" que no existe.

Llevar esta carga mental y emocional sin reconocerla ni compartirla puede generar ansiedad, agotamiento crónico y un sentimiento constante de insatisfacción. Muchas mujeres terminamos sintiéndonos solas, sobrepasadas y con la sensación de que nunca hacemos lo suficiente.

A largo plazo, esta carga puede afectar nuestra salud física y mental, generando insomnio, problemas de concentración, depresión y hasta enfermedades psicosomáticas.

Por si fuera poco, nos anticipamos a los problemas y queremos solucionarlos antes de que ocurran. Y eso es realmente agotador.

¿Sabes qué pasa? Que el problema no es solo la cantidad de responsabilidades que tenemos, sino el hecho de que la mayoría de nosotras sentimos que tenemos que hacerlo todo solas, pero no es así, no tenemos que hacerlo todo. Nuestro bienestar también importa.

Así que, recuerda mi querida EVA, nosotras no nacimos para sostener el mundo solas. Es momento de soltar lo que no es nuestro y compartir la carga. La vida no debería sentirse como una lista interminable de pendientes, la vida merece que la vivamos…

 

 

Sociedad