La Sala Polifemo acoge Probabilidades, una tragicomedia sobre las posibilidades perdidas y la incomunicación

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La compañía El Hangar presenta mañana jueves en la Sala Polifemo del Teatro Góngora (20:30 horas) Probabilidades, un monólogo interpretado por el cordobés Antonio Aguilar y dirigido por el propio autor del texto, Chiqui Carabante. El espectáculo, una “tragicomedia cuántica”, según sus creadores, está incluido en el ciclo Off Topic.

Probabilidades comienza cuando Alejandro decide ir a recuperar al amor de su vida, que hizo las maletas y se marchó a Galicia un mes atrás. Pero cuando llega a Vigo se encuentra a sí mismo, a otro tipo como él, diciéndole a Elena que no quiere seguir con ella. Y por si esto fuera poco, aparece un tercer Alejandro dispuesto a hacer lo que ha venido a intentar el primer Alejandro, reconquistar a la chica. Así que el primer Alejandro, lejos de perder la calma, tratará de explicarse este extraño fenómeno a la vez que lucha por volver con Elena.

El montaje, explica la compañía, trata de un personaje que analiza el último momento que vivió con su pareja. Apenas unas cuantas frases intercambiadas, unas miradas, unos gestos que darán para un sinfín de significados que aún no ha entendido en profundidad. “Pero las interpretaciones -señalan- no tienen fin, y cada una de ellas conduce a una posibilidad perdida de respuesta a esa situación. Una posibilidad perdida de conservar el amor”. El personaje expone su monólogo a modo de una clase magistral que trata sobre la incomunicación entre los seres humanos. Una clase magistral de la resistencia ante la pérdida y de la falta de aceptación ante el destino trágico del amor. Una lección para la que, solo ante el público, se servirá de una pizarra, como lo hace en las clases de matemáticas que imparte para ganarse la vida .

“¿Dónde estaríamos ahora si hubiéramos actuado de forma diferente en el pasado? ¿Qué probabilidad existiría de seguir con ella?”, se pregunta Chiqui Carabante como director de la función. Y concluye que el futuro no se puede imaginar, que lo único que se puede saber es el pasado, y tratar de imaginar como podría haber sido nuestra vida si hubiéramos dicho tal o cual cosa. “Pero eso -destaca- vuelve a llenar tu cabeza de un sinfín de cálculos. Una aritmética que te conduce a decenas de versiones de ti mismo que, de forma trágica, no te aseguran que con ellas la pareja hubiera funcionado”. Probabilidades, sólo probabilidades.