La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es un micronutriente esencial que desempeña un papel crucial en nuestra salud. A menudo asociada con la prevención del resfriado común, la vitamina C tiene muchos otros beneficios para el cuerpo.
Así que, vamos a contarte las 5 cosas que te pasarán a los pocos días de comenzar a tomar vitamina C, tanto si lo haces ingiriendo alimentos que la contienen como si te vales de otras fuentes de vitamina C gominolas, caramelos, chicles y comprimidos son las opciones más cómodas para consumirla.
1. Te afectarán menos los resfriados y otras enfermedades infecciosas
La vitamina C es bien conocida por su papel a la hora de reforzar el sistema inmunológico. Es decir, ayuda a fortalecer las defensas naturales del cuerpo. Eso no quiere decir que no te vayas a contagiar, pero lo que sí notarás es que las gripes, catarros y faringitis serán menos virulentas y, además, te recuperarás antes.
2. Dispondrás de más vitalidad y energía
Todos los complementos para prevenir los estados de cansancio y de fatiga incluyen la correspondiente dosis de vitamina C. Sus mecanismos de acción exactos no están claros, pero lo que sí lo está es que la ingesta continuada de esta enzima aporta un plus de energía y de vitalidad.
3. Pensarás con mayor claridad
La vitamina C es indispensable para la absorción orgánica del hierro, ya que este mineral está relacionado con el buen funcionamiento del cerebro, puesto que interviene en el suministro de oxígeno al mismo.
Así que, ya lo sabes, la vitamina C te ayudará a pensar mejor y a estar alerta. Potencia ese efecto benéfico consumiendo alimentos ricos en hierro.
4. Mejorará el estado de tu piel
Además, esta vitamina interviene en el proceso bioquímico de síntesis de colágeno, la proteína que mantiene la piel firme y elástica. Esto se traduce en que rápidamente notarás una apreciable mejoría de la elasticidad y del tono de tu piel, que lucirá más tersa y luminosa.
5. Envejecerás mejor
Cierto es que este otro efecto beneficioso de la vitamina C no lo notarás de forma inmediata, pero sí a corto o a medio plazo. Y es que está comprobado científicamente que el estrés oxidativo provocado por los radicales libres está relacionado directamente con el envejecimiento y diversas enfermedades degenerativas.
Dado que la vitamina C es un antioxidante especialmente activo contra los radicales libres, pronto comenzarás a notar que el paso del tiempo hace menos mella en ti.
Finalizamos añadiendo que el organismo humano no es capaz de sintetizar por sí mismo vitamina C ni tampoco de almacenarla. Por lo tanto, para aprovechar todos sus beneficios es imprescindible una ingesta suficiente y regular de vitamina C.
Para ello, dispones de dos alternativas: la primera es consumir todos los días alimentos ricos en vitamina C: naranjas, fresas, kiwis, melocotones y tomates son grandes opciones. Y si te gusta la verdura, entonces no tienes ningún problema porque todos los vegetales verdes la contienen.
Y si esos alimentos no te llenan, o prefieres asegurar las dosis diarias, en el mercado dispones de comprimidos, sobres, caramelos, chicles y gominolas con vitamina C. ¡Elige ya tu alternativa y comienza a experimentar rápidamente sus bondades!