El cierre de escuelas en África Occidental y Central se triplica desde 2017 (Video Unicef)

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El aumento de la violencia contra centros educativos, alumnos y profesores ha forzado a 1,9 millones de niños a dejar la escuela, según un nuevo informe.


Más de 1,9 millones de niños se han visto obligados a abandonar la escuela en África Occidental y Central debido al recrudecimiento de los ataques y las amenazas de violencia contra la educación en toda la región, según un nuevo informe de UNICEF. En junio de 2019 se habían cerrado 9.272 escuelas en Burkina Faso, Camerún, Chad, Malí, Níger, Nigeria, República Centroafricana y República Democrática del Congo como consecuencia de la inseguridad, el triple que a finales de 2017.

La educación amenazada en África occidental y central advierte de que los ataques deliberados contra escuelas, estudiantes y profesores están arrasando la región, negando a los niños su derecho a aprender y dejándolos –tanto a ellos como a sus comunidades– con miedo por sus vidas y su futuro.

La directora ejecutiva adjunta de UNICEF, Charlotte Petri Gornitzka, y la Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF, Muzoon Almellehan, viajaron a Malí a principios de esta semana para conocer el impacto que tiene el aumento de la inseguridad y violencia sobre la educación y la seguridad de los niños.

“Los ataques deliberados y las amenazas incesantes contra la educación, que constituye el fundamento mismo de la paz y la prosperidad, lanzan una especie de sombra oscura sobre los niños, las familias y las comunidades de toda la región”, afirma la directora ejecutiva adjunta de UNICEF, Charlotte Petri Gornitzka. “Visité un campamento de desplazados en Mopti, en el centro de Malí, donde me reuní con niños de corta edad en un espacio de aprendizaje seguro que recibe apoyo de UNICEF. Para mí resultó evidente que la educación es vital para ellos y sus familias”.

Debido a los ataques y las amenazas de violencia, en poco más de dos años los cierres de escuelas se han multiplicado por seis en tres países del Sahel central: Burkina Faso, Malí y Níger. De 512 cierres en abril de 2017 se ha pasado a 3.005 en junio de 2019. Los cuatro países afectados por la crisis en la cuenca del Lago Chad –Camerún, Chad, Níger y Nigeria– se mantuvieron aproximadamente en el mismo nivel, pasando de 981 a 1.054 cierres desde finales de 2017 hasta junio de 2019.

La inseguridad que se extiende por el noroeste y el suroeste de Camerún ha llevado al cierre forzoso de más de 4.400 escuelas en esas zonas del país. Más de 2.000 escuelas están cerradas en Burkina Faso, y más de 900 en Malí, debido al aumento de la violencia en ambos países.

“A través de mis reuniones con los niños y jóvenes de Malí, me di cuenta de lo difícil que es la vida para ellos, pero también me sorprendió su capacidad de recuperación y determinación, así como la esperanza que tenían de cara al futuro”, explica Muzoon Almellehan, Embajadora Mundial de Buena Voluntad de UNICEF. "También fui testigo de la verdadera diferencia que la educación puede marcar en la vida de los niños. Los niños de Malí y de toda la región son verdaderos héroes y merecen tener un entorno seguro para poder aprender y prosperar”.

UNICEF está trabajando con las autoridades educativas y las comunidades para apoyar el desarrollo de oportunidades alternativas de aprendizaje, incluidos los centros de aprendizaje comunitarios, los programas de escuelas a través de la radio, la tecnología para la enseñanza y el aprendizaje, y las iniciativas de aprendizaje de carácter religioso. UNICEF también proporciona materiales para los maestros que trabajan en lugares peligrosos, así como apoyo y atención psicosocial para los escolares que sufren las cicatrices emocionales de la violencia.

·         En Nigeria se ha incorporado la educación básica en las escuelas coránicas;

·         En Burkina Faso y Camerún, las lecciones y los mensajes vitales se transmiten en varios idiomas para que los niños aprendan en grupos junto con un coordinador de lecciones formado, o en sus hogares.

·         En Burkina Faso y la República Democrática del Congo se está probando un sistema lecciones a través de la radio para niños que nunca han ido a la escuela.

·         En Malí, UNICEF apoyó recientemente la creación de 169 centros comunitarios de aprendizaje, que proporcionan espacios seguros para que los niños aprendan matemáticas y lectura básicas. También se proporcionó a los coordinadores y maestros tabletas para que mantuvieran el proceso de autoformación. Además, los niños reciben apoyo psicosocial para ayudarles a superar los traumas.

·         En la mayoría de los países afectados por conflictos, los maestros y demás personal escolar reciben capacitación para identificar y mitigar los riesgos que surgen en tiempos de conflicto, y se realizan simulacros en las escuelas para ayudar a preparar a los niños y a los profesores en caso de que se produzca un ataque. El personal educativo recibe también formación para prevenir la violencia sexual y de género en las escuelas. Asimismo, los maestros ayudan y derivan a las víctimas a los servicios mejor preparados, ya sea directamente a través del asesoramiento básico o estableciendo vías de derivación hacia los servicios especializados de salud mental.

Los niños de las zonas de África Occidental y Central afectadas por los conflictos constituyen 1 de cada 4 niños en todo el mundo que necesitan apoyo humanitario, incluida la educación y otros servicios fundamentales para el aprendizaje. Sin embargo, hasta el 12 de agosto había un déficit de financiación del 72% para ofrecer programas a estos niños.

UNICEF y sus aliados instan a los gobiernos, las fuerzas armadas, las partes en conflicto y la comunidad internacional a que adopten medidas conjuntas para poner fin a los ataques y las amenazas contra las escuelas, los estudiantes, los maestros y demás personal escolar de África Occidental y Central, y a que apoyen el aprendizaje de calidad para todos los niños de la región. El informe resume varias directrices claras:

Los Estados deben proteger la educación y aprobar y aplicar la Declaración sobre la seguridad en las escuelas.
La enseñanza y el aprendizaje deben estar diseñados para fomentar la paz y apoyar la educación de las niñas.
Las autoridades deben aumentar la capacidad del personal educativo.
Todos los niños, incluidos los niños refugiados, migrantes y desplazados, deben poder seguir aprendiendo.
Los padres y las comunidades deben ser aliados esenciales en la tarea de garantizar que los niños, y especialmente las niñas, tengan acceso a una educación de calidad. 
Los gobiernos donantes deben comprometerse a aportar una financiación multianual y flexible para apoyar la educación en situaciones de emergencia y crear vínculos con los programas de educación a largo plazo.

“Dado que más de 40 millones de niños de entre 6 y 14 años no disfrutan de su derecho a la educación en África Occidental y Central, es fundamental que los gobiernos y sus aliados trabajen para diversificar las opciones disponibles en materia de educación de calidad”, afirma Marie-Pierre Poirier, directora regional de UNICEF para África Occidental y Central. “Los modelos culturalmente adecuados con enfoques innovadores, inclusivos y flexibles, que cumplen con las normas de aprendizaje de calidad, pueden ayudar a llegar a muchos niños, especialmente en situaciones de conflicto”.